martes, 20 de enero de 2009

Abril - Segunda Entrega

En la primera entrega les hablé de la relación de Abril con mi viejo. En esta ocasión, les voy a contar un poco de su relación conmigo.


Recapitulando, esta es Abril:



1) Era increíblemente compañera. A veces me tenía que quedar hasta la madrugada haciendo algun trabajo para la facultad, y en invierno ella venía y se acostaba, apoyando su hocico sobre mis pies, manteniéndolos en calor. Cuando me levantaba para ir a la cocina a preparar mate, ella venía conmigo, me seguía viendo a dónde iba. Cuando me acostaba, ella se acostaba a los pies de la cama.

2) Obviamente jugábamos al típico juego con la pelota. Yo la tiraba, ella corría, la buscaba y la traía para que la vuelva a tirar.

3) Miraba los partidos de la selección conmigo, y se bancaba que yo la vistiera así:






4) Después de cenar, siempre nos tirábamos a un jugar un rato en la alfombra, y después nos quedábamos descansando juntos. A veces yo me quedaba dormido en la alfombra y nos sacaban fotos:







5) Era quien lograba despertarme. Tengo serias dificultades para despertarme y Abril era la única que lo lograba. ¿Cómo hacía? Sencillo...saltaba, se subía a la cama, y con el hocico empezaba a moverme la cabeza despacito hasta lograr despertarme.


Lamentablemente todo esto se terminó. Cuando tuvimos que internar a mi viejo, ella quedaba todo el día sola. De a ratos estaba con la señora que trabaja en casa. Nosotros nos íbamos a temprano a la mañana y volvíamos tarde por la noche. En ese mes apenas nos vio, apenas la vimos. Cuando mi viejo falleció, ella dejó de hacernos caso. Cuando le queríamos poner la correa nos gruñía, nos mostraba los dientes, y a mi vieja y mi hermano llegó a morderlos. Venía un vecino a ponerle la correa, ella le movía la cola y se la dejaba poner. En la calle si nosotros teníamos la correa no caminaba, le dábamos la correa a los dueños de cualquier negocio de la cuadra (ella se encargó de ser reconocida, querida y adoptaba por todos!, si hasta le regalaban huesos de cuero!) y ella empezaba a caminar moviendo la cola.


Hablamos con el veterinario y nos dijo que intentemos darla en adopción, y que si con otra familia seguía igual, había que sacrificarla.


Se la dimos a la señora que trabaja en casa. Muy de vez en cuando le preguntamos cómo está la perra y nos dice que bien, que cada vez que llega ella, la perra se hace pis encima y se pone a saltar de la alegría.


No deja de dolerme por todo lo que significaba Abril para mí. Con 25 años, lloré cuando la subimos a la camioneta en la que la llevaron. Era la perra de mi viejo, la que él mismo se había regalado para un día del padre.


Era Abril, a la que yo le puse nombre.


Era la alegría de la casa. Y de alguna forma, se fue cuando se fue mi viejo.

5 comentarios:

Alejandra Conte es:La Kolorada Siniestra dijo...

Zeb, los ultimos post te juro que me estan haciendo llorar, supongo que por la fecha y el tema está tan vivo en estos días.

Lo unico que pensé cuando terminé de leer fue: que cagada! sorry, pero sé de los que hablas y duele.

Un beso

r.- el corre ambulancias dijo...

terrible

los perros entienden y sienten todo, y son los bichos mas fieles del planeta

extraño a rabiar al mio

CRirchu dijo...

Querido!!!
Me acuerdo de la primera vez que escribiste sobre tu perra, me dió unas tristeza, ahora me da más!

Yo que soy muuuuy perrera (en casa tenemos 5, todos de la calle) no me imagino lo que se siente que tu propio perro te pague así. Sí viví la de ver morir a mis peros de las peores maneras. Mí último perrito murió en mis brazos, y lloré muchísimo porque ya no quería verlo sufrir...

En fin.
Como siempre un placer leerte.
Un beso!

Mamarracho dijo...

:( Sé lo que es perder a un compañero así!!!

Mamarracho dijo...

Lo mejor es que nunca se encuentra como esos, y a pesar de todo te llena!