viernes, 27 de marzo de 2009

Escritos VII

Apoyó la cabeza. Comenzó a contemplar el piso y vió que había unas pequeñas manchas. Es el día de hoy que no sabe bien cómo fue que llegó a esa conclusión, pero de alguna forma tuvo la certeza de que esas manchas eran un mensaje. Sí, un mensaje que sólo él entendería. Esas manchas le querían decir algo.

Fue entonces que supo que el piso manchado era su vida, y que había manchas que quitar. Ese pensamiento fue fugaz pero su efecto fue permanente. Misteriosamente una daga le atravezó el pecho, sintió una garra que le apretaba el cuello, su garganta comenzó a cerrarse y de sus ojos comenzaron a brotar unos hilos cristalinos.

Una cantidad incierta de imágenes aparecieron en su retina, las reconoció como partes de algo ya vivido, pero su intensidad era presente, e incluso su nitidez no estuvo opacada por esa corriente turbia que ya descendía por sus mejillas.

Se observó caminando por una playa con la guitarra al hombro, escalando una montaña y llegando a la cima para ver la inmensidad del mundo. También se recordó acurrucado en el rincón de su cama, masticando el dolor que sólo el sentía y podía entender. Sus labios comenzaron a temblar...el ya sabía lo que vendría a continuación.

Tapó su rostro con las manos y empezaron los sollozos. Pasado un tiempo la corriente que brotaba de lo más profundo de su ser decidió darle una tregua, y allí pudo notar que las manchas del piso comenzaban a borrarse. Sus lágrimas comenzaron a remover esa basura. Como no podía ser de otra manera, en esto también había un mensaje, y empezó a contemplar su presente.

Nuevas imágenes aparecieron, y esta vez el misterio fue otro. Una mano tierna retiró la daga que lo atravezaba, esa garra que le impedía respirar fue desapareciendo y una sonrisa comenzó a dibujarse en ese rostro que instantes antes se encontraba bañado en lágrimas.

Entendió que ya no lloraría sólo, sino acompañado, y que también podría reír en compañia de otros. Entendió los abrazos, las palabras...allí apareció el hada...ser mágico, mitológico, pero que en ese momento era totalmente real como nunca antes.

El hada hizo mucho en poco tiempo. Sus palabras...sus silencios...y fue entonces que el arca del tesoro se abrió. Comenzó a ver que tanto dolor no había sido en vano, que el dolor lo había conducido al hada, y que el hada le abrió los ojos para ver el tesoro que había en su interior.

Las manchas seguían estando, pero más borrosas. Supo que siempre habría manchas, que podría quitarlas, que llevaría tiempo, y que aparecerían nuevas...pero ahora sabía que también habría joyas. Lavó su cara y de alguna forma mágica (como esas cosas mágicas que sólo se explican con magia), sintió el abrazo del hada...pensó que era una despedida...pero el hada le dijo que no, que no era un abrazo de despedida...sino una señal de llegada...y así es que hoy, el hada lo acompaña...y acuna su alma.

5 comentarios:

yo, mamuchi dijo...

Zeb permitime decir que te noto cada vez mas enamorado. Y como alguien que encontro con quien compartir su vida y formar una familia te digo que es lo mejor que te puede pasar.

★ July in the sky with diamonds ★ dijo...

Es el amor con su magia , el único capaz de contener y curar las heridas.
Tan mágicamente aparece, casi sin darnos cuenta, y de repente nos ilumina la vida!
Besos!!!

Alejandra Conte es:La Kolorada Siniestra dijo...

Buen relato, no se me hubiera ocurrido simbolizar mi vida con el piso.

Hurricane dijo...

Me sumo a lo de July, una vez me contaron una historia de un desafío a ver quien (de entre varios) llenaba mas rápido una habitación.
Uno optó, por algodones, otro por heno, varios trabajaron así, con materiales livianos y de fácil transporte. Pero el que les ganó a todos simplemente se metió en la habitación, encendió un fósforo y la llenó de luz.
Abrazo!

gringa dijo...

El amor cura cualquier herida,definitivamente estas perdidamente enamorado y es lo mas lindo y magico que te puede pasar,me alegro muchisimo que asi sea debes ser un dulce y mereces la felicidad completa un abrazo enorme y que hermoso lo que escribio Hurri besos a los dos