Hola pá, cómo estás? Te escribo porque hace días que siento la necesidad de hablar con vos, de sentirte cerca mío.
Sabés una cosa viejo, esta semana (las últimas semanas en realidad) fueron muy fuertes para mí.
Hace unas semanas empecé a tener pacientes en mi consultorio, después de meses remándola, buscando, moviendome para progresar en lo profesional. Y pensé que estaba bien para terminar el año, que era una buena racha. Pero fijate como son las cosas pá, que la racha siguió, y me mandaron una búsqueda laboral, mandé el CV y me llamaron. Fui a la entrevista y entré en la cartilla de dos prepagas más, en las que me dijeron que a partir de la semana que viene ya me empezarían a derivar pacientes.
Y ayer, miércoles, tuve el exámen final del posgrado. La noche anterior practicamente no dormí porque me quedé estudiando. Fui, rendí y lo aprobé. Ya está viejo, el año y medio de sacrificio levantándome a las 6 am para ir al hospital, volviendo a casa a las 10 de la noche, los fines de semana encerrado haciendo informes, leyendo. Dio sus frutos viejo, ayer terminé el posgrado y me ofrecieron entrar en la cátedra como docente.
Estoy contento viejo, no te imaginás la alegría que tengo. Sentir que el esfuerzo, el sacrificio, va dando sus frutos. Pero ayer, en la alegría se me mezclaban las lágrimas. Estuve angustiado todo el día. Y recién a la noche pude llorar. Ella vino a casa, estábamos sentados en la cama y apoyé mi cabeza en su hombro. Ahí empezaron a caer las lágrimas. Me preguntó qué me pasaba, y lo único que pude decirle fue "extraño a mi papá".
Te extraño tanto viejo. Ayer necesitaba escuchar tu voz. Escucharte diciendome "bien hijo, te felicito". Era todo lo que necesitaba, solamente escucharte. Sentir la calidez de tu voz, ese orgullo de padre unido a la felicidad que me transmitías cada vez que veías que yo progresaba.
Intenté imaginar tu voz en mi cabeza, recordarla, pero no fue lo mismo. Necesito tenerte acá conmigo para contarte las cosas que me pasan, para compartir mi felicidad con vos. Quisiera tenerte acá para que puedas ver lo feliz que soy con Ella, para que puedas ver que a pesar de lo difícil que se hizo todo cuando vos te fuiste de este mundo, de a poco fui saliendo adelante y mi vida cada vez está más encaminada.
Necesitaba escribirte para contarte todo esto viejo, y por sobre todas las cosas, para decirte una vez más que no te imaginás cuanto te extraño, cuanta falta me hacés, como extraño compartir los momentos que compartíamos.
Extraño tu voz viejo, extraño esa mirada tuya llena de orgullo y felicidad.
Hablame viejo, por favor te lo pido, aunque sea en un sueño, dejame escucharte una vez más, no te imaginás cuanto lo necesito.
jueves, 20 de noviembre de 2008
Tu voz...
sábado, 15 de noviembre de 2008
No es un dulce?
Ayer fue el cumpleaños de mi primito J, quien cumplió 7 años. Al festejo fue toda la familia, incluídos mis primos y primas con sus respectivos niños.
Y estaba mi prima M con A, su hijo de 3 años, a upa y pasó lo siguiente:
M: Qué pasa A?
A: Quiero upa má.
M se lo sube a upa y le da un beso en la frente.
A la mira y le dice: Má, vos sos re linda, me gustan tus ojos, tu nariz, tu boca, tus tetas y tu cola.
No es un tierno?
lunes, 10 de noviembre de 2008
Y las cosas cambian...
En mi post anterior decía que algo que aprendí es que la realidad puede cambiar de un momento a otro, y una vez más, así pasó.
Hace tiempo que estaba a las puteadas. Me matriculé, armé mi consultorio, invertí tiempo, plata, energía...podría decir que estuve un largo tiempo sembrando, y puteaba porque no veía el momento en el que empezaría a cosechar...
Y resulta que en pocos días empieza a haber cosechas...
En 2 días, aparecieron 2 nuevos pacientes...
Y con Ella, estamos mejor que nunca...planeando vacaciones y enamoradísimos.
Espero que dure la racha!